A principios de mes tuve el lujo de trabajar con dos personas que confiaron en mi para inmortalizar algo tan precioso, cambiante y corto como su primer embarazo.
Es cierto que el lugar que elegimos era precioso, la luz y colores del mar y el entorno ayudaron mucho, sí, pero sobretodo su humor, entrega y risas...y ese "dejarme hacer lo que quiera" hicieron de esta sesión unas horas muy divertidas, un lujazo poder hacer lo que amas con gente que además te lo pone tan fácil y comparte contigo algo tan íntimo. Las imágenes hablan por sí solas ¿no creéis?